Por Fernández Textil
Publicado en Proyectos
El diseño de espacios comunes en viviendas de acogida plantea un desafío particular en el ámbito de la arquitectura y la decoración de interiores. Estos espacios, más que simples áreas de tránsito o descanso, son escenarios de convivencia, apoyo y, sobre todo, de reconstrucción personal. Por ello, la funcionalidad y la estética deben integrarse para crear ambientes que no solo cubran las necesidades básicas de sus usuarios, sino que también fomenten el bienestar emocional y la sensación de pertenencia.
En un proyecto reciente, se trabajó en el rediseño de las zonas comunes de una vivienda de acogida que, en su estado original, presentaba una atmósfera fría y extremadamente austera. La falta de calidez y confort en estos espacios contradecía el objetivo primordial de la institución: proporcionar un ambiente que transmitiera tranquilidad y acogimiento a sus residentes. Por tanto, la intervención se centró en transformar radicalmente estos espacios, utilizando mobiliario funcional, iluminación estratégica, textiles acogedores y elementos decorativos seleccionados con esmero.
El Desafío del Espacio
El reto principal era transformar la frialdad y austeridad originales en un entorno que fuera tanto funcional como acogedor. Para ello, se optó por un diseño que combinara mobiliario que optimizara el uso del espacio con elementos decorativos que aportaran calidez y confort. La funcionalidad era un criterio clave, ya que los muebles debían resistir un uso intensivo y, al mismo tiempo, ser versátiles para adaptarse a las diversas necesidades de los usuarios. Se eligieron piezas de líneas simples y materiales duraderos que se integraran orgánicamente con el diseño general.
Iluminación y Textiles: Creando Calidez
Uno de los aspectos más cruciales del proyecto fue la iluminación. La luz tiene un poder transformador en los espacios, y en este caso fue utilizada como una herramienta esencial para crear un ambiente más acogedor. Se seleccionaron luminarias que ofrecieran una luz cálida y difusa, evitando contrastes bruscos y sombras que intensificaran la sensación de frialdad. Además, la disposición de las luces se diseñó para resaltar las texturas de los materiales, como las alfombras y los revestimientos murales, creando una atmósfera envolvente.
Los textiles también jugaron un papel fundamental en la creación de un entorno acogedor. Se utilizaron alfombras modulares de la colección Interface Composure, conocidas por su suavidad y capacidad para reducir el ruido, lo que contribuyó a un ambiente más tranquilo y sereno. Estas alfombras no solo ofrecen confort, sino que también permiten gran flexibilidad en el diseño, adaptándose a diversas configuraciones espaciales y necesidades funcionales. Los colores y patrones seleccionados añadieron un contraste visual que rompió la monotonía del espacio original, aportando dinamismo y vitalidad.
Naturaleza y Humanidad en los Detalles
En línea con los valores de la institución, que busca proporcionar un ambiente que refleje sencillez y humanidad, se incorporaron materiales y texturas naturales en la decoración. La madera, con su calidez inherente, se utilizó en piezas de mobiliario y detalles decorativos, añadiendo un toque orgánico al entorno. Estos materiales no solo conectan a los residentes con la naturaleza, sino que también contribuyen a una atmósfera más relajada y confortable.
El toque final en la transformación del espacio fue la instalación de un mural de papel pintado de Coordonné en la pared principal de la zona común. El mural, de carácter abstracto, añadió una dimensión artística al entorno, rompiendo la homogeneidad de las paredes y ofreciendo un punto focal que evoca paisajes imaginarios. Este elemento no solo cumplió una función estética, sino que también contribuyó a crear una sensación de profundidad y amplitud, haciendo el espacio más acogedor y menos claustrofóbico.
Conclusión
El resultado de este proyecto fue un espacio común que, sin perder su funcionalidad, ofrece ahora un ambiente acogedor y cálido, acorde con los objetivos de la vivienda de acogida. La combinación de mobiliario funcional, iluminación cálida, textiles suaves y elementos decorativos cuidadosamente seleccionados ha transformado un entorno inicialmente frío y austero en un espacio que promueve el bienestar y la serenidad. Este proyecto es un claro ejemplo de cómo el diseño de interiores puede influir de manera significativa en la calidad de vida, especialmente en contextos donde el ambiente físico tiene un impacto directo en el bienestar emocional.
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